domingo, 31 de mayo de 2009

Ubicación de la Estructura I (Templo del Sol)

El templo del Sol data de 1480 y se ubica debajo del sagrario metropolitano (correspondientes a las lumbreras 22,24, 25 y 29) al “ángulo suroeste del recinto. Frente a las casas de axayácatl, que estaban en la actual esquina de las calles de Tacuba y Monte de piedad” . La última etapa construida de este recinto es de forma rectangular, con una longitud de 49m en el lado norte. Además, esta cubierta con estuco (pasta de grano fino compuesta de cal apagada, mármol pulverizado y pigmentos naturales, que se endurece por secado).

Los arqueólogos encontraron 3 glifos de chalchíhuitl empotrados en sus taludes (parcialmente conservados) e inmediatamente fueron relacionados al sol. Por ende, se logró la identificación de este templo.

Ofrenda encontrada en la Estructura I

Esta ofrenda se encontró en la lumbrera No.29 y esta asociada a la estructura I, a una profundidad de 10.70m a nivel del piso del sótano del sagrario. Lo que se encontró fueron espinas y fibras de maguey.

las espinas estaban concentradas en una bola de 15m de diámetro compuesta por fibras de maguey y restos de epidermis de la penca compactadas por la arcilla del propio relleno. Algunas de las espinas estaban encajadas con la punta hacia el centro de la bola. Los elementos se encontraron depositados en un solo nivel.

De igual modo, fueron halladas dos piezas en forma de caracol relacionados con Ehécatl.

Rito asociado a la ofrenda.

Las piezas encontradas de esta ofrenda se relacionan con una ceremonia posiblemente realizada durante el agrandamiento del templo. En el cuál se depositaba un zacatapayolli (bola de zacate) por los sacerdotes. El significado de esta ceremonia y sus elementos se asocian a un autosacrificio con el fin de ofrendar su sangre al Dios Sol.

Simbolismo del Templo del Sol (Tonatiuh).

Principalmente, en la cosmovisión mexica, el sol representaba, por un lado, el centro del universo y por otro lado, la vida. Comunmente era representado por un círculo.

En nuestra visita al templo pudimos observar este símbolo tallado. También, tenía incrustaciones de jade, que representa el sol o quincunce (figura relacionada frecuentemente en la iconografía azteca); el círculo se encuentra enmarcado por los 4 puntos cardinales del universo y alrededor suyo lo adornan cuadretes que representan las plumas de águila. Este animal tenía un significado muy especial para los mexicas pues, simbolizaba renovación. Además, fue un símbolo mítico que les señalo donde se habría de fundar la ciudad de Tenochtitlan.

Más tarde, en la época colonial, en los inicios de la construcción de la Catedral, los españoles asentaron la primera edificación de ésta utilizando los estucos (madera de árbol de ahuejote) atravesados en templo del Sol. Aún es un misterio como fueron atravesados estos pilotes en el templo.

Para finalizar, en la actualidad se encuentra tres etapas ocultas debajo, los cuales representaban el cambio de Tlatoani. Y debido al a inestabilidad de la catedral no es posible seguir excavando.

Experiencias Personales

En primer lugar, la experiencia nos resultó bastante enriquecedora, pues comprendimos, por una parte, que la Catedral Metropolitana representa uno de los tantos símbolos de la conquista, ya que, al situarse encima del complejo ceremonial, específicamente el templo del Tonatiuh, nos remite a considerarlo de esta manera.
En segundo lugar, durante la visita, fuimos aprendiendo tanto que quedamos maravillados con nuestros antecesores, sobre todo, con la manera en que construyeron su ciudad, la organizacion con la cual contaban y el simbolismo que tenian.Es impactante que sin tener lo que ahora en la actualidad lograron construir tan grandes bellezas arquitectónicas.Nos han dejado un gran legado y aprendizaje ya que nos demuestran que con lo más simple puedes fundar imperios.
Ahora bien, la visita fue bastante peculiar debido a que la realizamos un 21 de Marzo, la entrada de la primavera y, según las tradiciones mexicanas, el día en que uno se carga energéticamente en las zonas arqueológicas. Además nos percatamos del acceso tan restringido a la zona, incluso para los mismos guardias de seguridad.
La guía demostró ser una persona con amplios conocimientos en la materia y, terminada la visita compartió un poco de historia prehispánica, en especial sobre el hallazgo por parte de PAU (Programa de Arqueología Urbana) del templo y de su empeño por no seguir excavando debido a la inestabilidad del suelo sobre el que está construida la Catedral Metropolitana.
Las dificultades que tuvimos al recabar la información es un aspecto sobresaliente, pues son muy escasas las fuentes bibliogràficas y cibernéticas. Pero, Teresa, la guía del recorrido, nos recomendó un libro y una visita a Templo Mayor. En conclusion solo nos queda a las siguientes generaciones participar, conocer, cuidar y aprovechar el fasinante pasado con el que contamos.